sábado, 28 de marzo de 2009

Por qué usar software libre en la administración pública

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Actualmente, en la Administración del Estado se está usando software privativo. Este tipo de software limita la libertad de la Administración haciendola dependiente de una empresa, a menudo extranjera. Migrar a software libre tendría bastantes ventajas que, a continuación, expondré.


Ahorro de costes

El software libre, en general, es gratuito. Esto de por si ya es una razón. Obviamente, habrá costos como los de formación del personal, creación o adaptación de software especifico (si fuera necesario) y soporte, pero estos costos tambien existen en el software privativo pudiendo ser más elevados debido a que no existe libertad de elección sobre el software ni sobre el soporte. Sobre los costes de ambos sitemas se ha pronunciado el Tribunal de Cuentas
a favor del software libre.

Libertad de elección

Una ventaja frente al software privativo es que los formatos que usa para almacenar los datos están documentados mientras que en el caso del software privativo hay que recurrir a la ingeniería inversa, cosa que por otro lado suele estar prohibido por la licencia de la aplicación, si bien el artículo 100 de la LPI lo permite. El hecho de que los formatos estén documentados facilita la migración entre aplicaciones ya que, aplicaciones del mismo tipo suelen ser compatibles entre sí; y, si no lo son, siempre se podrá crear un componente que permita importar los datos de otra aplicación. Además, este componente podrá ser remitido al autor de la aplicación para que la incluya en ella de forma que futuros usuarios ya dispongan de esa funcionalidad.

Algunos no verán nada positivo en el hecho de tener que pagar por una funcionalidad pero debieran verlo desde este punto de vista: el software libre te da la posibilidad de adaptarlo y el software privativo no. Es más, el sotware libre te da la opción de escoger a la empresa que lo adapta y también a la que te da soporte, ya que no estás atado a la empresa que desarrolló el sotfware.

El hecho de que el software libre permita escoger la empresa que lo adapta permite que las diferentes empresas del sector puedan competir para ofrecer esos servicios y, por tanto, estos sean de mayor calidad. Esto es debido a que la empresa que proporciona el software puede ser sustituida por otra en cualquier momento ya que, debido al uso de formatos abiertos, la migración entre aplicaciones sería mucho más sencilla. Incluso, si la Administración decide cambiar de empresa, no es necesario el cambio de la aplicación a otra ya que la nueva empresa podrá dar soporte y adaptar la aplicación de la anterior empresa. Esto es inimaginable en el caso del software privativo.

En cambio, en el software privativo estás atado al fabricante de ese software y dependes de él. Obviamente, este fabricante se deberá preocupar por sus clientes, pero en muchos casos hemos podido ver que una empresa con una cuota de mercado brutal no se preocupa demasiado del soporte, solo lo justo como para salvar la cara ya que, en muchos casos, si no soluciona los problemas no perderá clientes ya que estos estan atados por formatos de archivo secretos. A este respecto se puede mencionar a Microsoft Windows XP Professional que incluye una gran número de fallos algunos de los cuales llevan mas de un año sin solucionarse. Además al depender de esa aplicación, el no arreglar los fallos en la versión adquirida facilita la venta de futuras versiones en las que se prometen nuevas funcionalidades y arreglar los fallos de la anterior versión. Claro que, esta nueva versión también podrá tener fallos.

Fomento de la industria local

La libertad de elección a la hora de escoger software permite escoger la empresa adjudicataria de los contratos públicos. A estos contratos pueden aspirar también empresas locales de software que, de otro modo, no podrían. De esta forma, el software libre permite el fomento de una industria local del software consiguiendo asi que los recursos de la Administración no acaban en manos extranjeras. Asimismo, la Administración podrá recibir un producto más adpatado a sus necesidades.

En el caso del software privativo, una empresa local también puede intentar competir pero las codiciones del mercado son mucho más duras debido a que, el coste de desarrollo de una aplicación desde el principio es elevado y en muchos casos tendrán que hacer frente a aplicaciones ya consolidadas y con una gran cuota de mercado.

En el caso del software libre, la empresa podría adaptar una aplicación libre ya existente y ofrecer servicios en torno a ella, ahorrandose así costos de desarrollo y partiendo de una posición mucho más ventajosa en el mercado.

Independencia tecnológica

En el software libre, el conocimiento y la libertad de uso de la aplicación pasan al cliente. En el caso del software privativo estos son retenidos por el fabricante. En muchos casos, el software privativo pertenece a una empresa extranjera. En caso de que la Administración o una empresa estatal crearan un producto que usase ese software privativo y quisieran aplicarlo a alguna tarea o exportarlo a otro país debería tener el permiso de la empresa que desarrollo la aplicación y, en algunos casos, de su gobierno. Y esto, no siempre ocurre.

Seguridad

Al estar disponible públicamente el código fuente de los programas, este se puede auditar en busca de fallos. El software libre suele ser más seguro porque hay más gente revisando el código fuente y en muchos casos, cuando se detecta un fallo, cualquiera puede solventarlo y mandar la corrección al autor.

En el caso del software privativo, en el que el código fuente es secreto, este no es auditado tan ampliamente y, por tanto, tiene más fallos ocultos. Una vez que uno de ellos es descubierto, se depende totalmente de que la empresa para obtener una solución. Si recordamos la vulnerabilidad WMF de Microsoft Windows vemos que hay casos en los que el fabricante no es diligente y no parchea a tiempo aún cuando existía un parche no oficialacabó adelantando el lanzamiento del parche ante la presión externa. Casos como estos, hacen que este tipo de software sea un objetivo relativamente fácil para un atacante externo. desarrollado mediante ingeniería inversa. En este caso, el fabricante

También se da el caso de que un software privativo de una empresa extranjera contenga instrucciones que envíen información a los servicios de inteligencia del país fabricante o que incluyan puertas traseras para permitir el acceso de esos servicios, poniendo así en grave riesgo la seguridad nacional.

Conclusión

Por todo ello, el software privativo debiera estar desterrado de la Administración pública. Es una cuestión de buena administración, de independencia tecnológica y de seguridad nacional. La Administración no puede seguir usando un software cuyo uso incluso la legalidad de su uso en la Administración está en duda.

Más información:
Software libre y legislación
Repercusión socioeconómica del Software Libre

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