sábado, 28 de marzo de 2009

"Usar software privativo es renunciar a la libertad". Entrevista con Richard Stallman.

StallmanLa cruzada de Richard Stallman empezó un día de finales de los setenta, cuando trabajaba en el Laboratorio de Inteligencia Artificial del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). RMS, como le gusta que le llamen, intentaba modificar su impresora para que avisara a los usuarios cuando los documentos estuvieran listos, pero se topó con un obstáculo insalvable: no podía acceder al código fuente, considerado como información propiedad de Xerox. Convencido de que compartir conocimiento es básico para el avance de la comunidad, dejó el MIT en 1984 para desarrollar GNU, un sistema operativo libre que hoy utilizan millones de ordenadores, fundar el Free Software Movement y luchar contra las patentes de programación.

Publicada en la web de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Por Leo Ruffini / Julio de 2008
Foto: UOC

Empecemos por la base. ¿Cómo se define el free software o software libre?

Dígalo mejor en castellano, que no deja lugar a ambigüedades. «Free» puede entenderse como gratuito, cuando de lo que se trata es de un asunto de libertad. Software libre es aquel en que los usuarios son libres para ejecutar, copiar, distribuir, estudiar, cambiar y mejorar el software. Esto se concreta en cuatro libertades esenciales: pueden usarlo para cualquier propósito; pueden acceder a su código fuente para estudiar su funcionamiento y adaptarlo a sus necesidades; pueden distribuir libremente copias, y pueden mejorarlo y hacer públicas las mejoras para que todos se beneficien de ellas. Es una pena que use usted un Apple... Contiene software privativo que es tan perjudicial como el de Microsoft.

¿Por qué debería preocuparme?

Porque le hace dependiente de Apple, que tiene poder total sobre usted y puede modificar sus programas en cualquier momento en que esté conectado a la red. Además, incluye funciones que limitan su libertad, y eso es injusto. Debemos tomar el control de nuestros ordenadores, y la única manera de conseguirlo es mediante el software libre, que respeta la libertad.

Entiendo.

Un programa privativo mantiene a sus usuarios en un estado de división e impotencia. División porque no pueden compartirlo con los demás. E impotencia porque no tienen el código fuente y no pueden cambiar el programa, sólo aceptarlo como tal, como su desarrollador quiere. Ni siquiera pueden averiguar qué les está haciendo y eso es peligroso, porque muchos de ellos contienen funciones malignas para espiar, restringir e incluso atacar al usuario.

¿Ha dicho atacar?

Sí. Su sistema operativo deja una puerta trasera abierta a Apple para que haga en él lo que quiera sin que usted pueda defenderse. Y Apple ya ha demostrado su inclinación a atacar a sus usuarios cuando hacen cosas que no le gustan. Confiar en ellos es una tontería, tanto como hacerlo en Microsoft.

¿No cree que muchos elegimos software privativo porque es una opción más rápida para empezar a trabajar?

Sí. ¡Y son tontos! ¡No aprecian su libertad! El usuario que renuncia a su libertad pagará a largo plazo un precio elevado por ello porque Apple podrá dictarle lo que puede y no puede hacer. Usted enuncia un «la vida es así» y le parece natural que estemos sometidos al control de una empresa sin valorar el coste que le supone. Y, si se da cuenta de estas restricciones, no las reconoce como consecuencia de su mala elección de usar software privativo, pero lo son. ¡Y ahora el ministro de Cultura español ayuda a la industria a someter a los ciudadanos!

¿Cómo?

Prohibiendo y eliminando el intercambio libre en la red y apoyando el canon, que debería ser eliminado porque es injusto.

¿Propone usted alguna alternativa?

Reemplazarlo por un impuesto estatal. El dinero recogido debería distribuirse directamente entre los músicos en función de su éxito, aunque no en una proporción lineal a él sino siguiendo una función como la de la raíz cúbica. No tiene que ser justamente esta función, de lo que se trata es de que, si un artista tiene mil veces más éxito que otro, sus ingresos no sean mil veces mayores sino diez veces mayores.

¿Qué ganaríamos con esta fórmula?

El dinero llegaría a muchos músicos; promoveríamos más eficientemente el arte, que es la única meta válida del derecho de autor, y eliminaríamos la SGAE y cesaríamos de apoyar a las empresas que atacan constantemente nuestra libertad. Todos los que están en contra de los intercambios con programas P2P atacan a la sociedad en su base, que es el espíritu de ayudar a tu prójimo, de compartir. Se han hecho enemigos de la sociedad porque sirven a las empresas: ellas son su emperador.

Entonces, ¿los libros y la música deberían ser también libres?

Deberían serlo las obras que tienen un uso práctico para la vida, como el software, las recetas de cocina, las obras de educación o de referencia y las fuentes de caracteres para el texto. Las obras de arte no están creadas con ese sentido práctico, sino para ser admiradas, por lo que no creo que deban ser libres. Sin embargo, todos deberíamos gozar del derecho de compartir no comercialmente copias exactas de cualquier obra publicada.

Volvamos al software libre. Pongamos que quiero deshacerme de todos los programas privativos que hay en mi ordenador.

¡Es posible! Bórrelo e instale un sistema operativo GNU/Linux.

Pero yo soy un usuario corriente, no un experto.

Eso no tiene nada que ver. Me está usted poniendo una objeción sólo para dar vueltas al asunto.

No, yo sólo…

¡No es una cuestión real! Un principiante no tiene por qué instalar el sistema por sí mismo. ¿Por qué seguir el camino difícil? Mejor seguir el fácil, que es acudir a la fiesta de instalación de un grupo de usuarios, donde habrá expertos dispuestos a ayudarle. Ni siquiera yo me instalo GNU/Linux por mi cuenta, porque no es el aspecto que más me interesa. Cuando lo necesito, pido a alguien que me ayude. Como ve, usted sólo tendría que aprender a usarlo, que es mucho más fácil. Y ni siquiera necesita instalarlo para dar los primeros pasos.

¿No?

Empiece iniciando la computadora desde un CD-ROM que contenga el sistema operativo libre. Si más tarde quiere volver a su sistema privativo de siempre, saque el disco e inicie el ordenador como de costumbre. Puede hacer esto tantas veces como quiera. Y en el momento en que se haya familiarizado con el sistema y no le suponga mucho tiempo ni mucha molestia, acuda a una fiesta de instalación.

Imagine que un grupo de programadores tiene una idea maravillosa. ¿Por qué deberían…?

Espere. ¿En qué sentido maravillosa? Implementarla en un programa ético sería bueno. Pero hacerlo bajo un sistema social injusto es malo, por muy maravillosa que sea esa idea. Tendrán que hacer una elección moral. Si escogen el camino del mal y lo hacen privativo, las funciones útiles del programa servirán de cebo para atraer a los usuarios a la trampa de perder su libertad. Si escogen el camino del bien, lo implementarán como software libre respetando la libertad de los demás y ofreciendo algo ético y bueno a la sociedad. Puede que les lleve más tiempo desarrollarlo, pero es mejor hacer un poco de algo bueno que mucho de algo malo. Y si no es posible desarrollar un software como libre, mejor no hacerlo.

Usted empezó a trabajar en GNU en 1983. Dos años después Microsoft lanzaba Windows. ¿Por qué hoy prevalece el sistema operativo de Bill Gates, si encima hay que pagar por él?

Dos razones. La primera es que, como le decía antes, muchos no aprecian su libertad y la ceden sin darse cuenta de lo que están perdiendo. La otra razón es la inercia social: muchas instituciones siguen moviéndose rumbo al uso de software privativo. Esto está cambiando en algunas regiones de España, donde las escuelas han migrado a software libre.

Le parecerá una buena noticia.

Espero que otras regiones sigan su ejemplo ahora que se sabe que no es tan difícil, que sólo hace falta voluntad. Los colegios no deben enseñar a sus alumnos a ser dependientes de una empresa. ¡Es como inyectarles drogas adictivas! Por eso hablamos del departamento de «ser-vicio» educativo de Apple y Microsoft, que ofrecen copias casi gratuitas a las escuelas para generar la dependencia. O sea, te dan la primera dosis gratis porque saben que empezarás a pagar cuando seas adicto.

¿Es optimista respecto al futuro del software libre?

No soy optimista por naturaleza, pero sé que dejar de luchar te asegura la derrota. ¿El futuro? Yo no sé verlo. Depende de ustedes.

PERFIL

  • Líder del proyecto GNU para el desarrollo de un sistema operativo libre.
  • Fundador del movimiento de software libre.
  • Doctor honoris causa por la Universidad de Glasgow, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad Nacional de Salta, entre otras.
  • Creador de componentes de software para GNU, como el editor de texto Emacs.
  • Autor de la GNU Public License, la licencia de software libre más utilizada, e inventor del concepto de copyleft.
  • Promotor de la GNUPedia, considerada como un antecedente directo de la Wikipedia.
  • Licenciado en Física por la Universidad de Harvard (1974)

ENLACES


Articulo Original desde: http://leoruffini.com/en/node/95

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